Pidiendo disculpas por el retraso en escribir sobre nuestra querida Cuenca, del disruptivo -esa palabra que ahora utilizan para decir que algo es contracultural, innovador, valiente y desafiante- Fernando Zóbel y del inolvidable Museo de Arte Abstracto Español de Cuenca, comenzamos el artículo.
Saeta, Fernando Zóbel
Hablar acerca del Museo de Arte Abstracto Español de Cuenca , magníficamente gestionado por la Fundación March, es hablar de uno de los museos más pintorescos de España por dos motivos, uno por su emplazamiento en las casas colgadas de la ciudad Patrimonio de la Humanidad desde 1996 y otro por su rigurosa colección de arte abstracto español de los años 50 y 60 reunida gracias a la inquietud del gran pintor Fernando Zóbel. Cuenta con una exposición permanente de 100 obras, entre pinturas y esculturas, de artistas como Eduardo Chillida, Rafael Canogar, César Manrique, Antonio Saura, Jorge Oteiza, Gustavo Torner y Fernando Zóbel, entre otros.
Aunque es ampliamente conocido por su faceta de mecenas, Fernando Zóbel fue un gran pintor cuya figura es fundamental para comprender el arte español del siglo XX.
Fernando Zóbel nació en Filipinas, donde estudió Medicina, empezando a pintar a raíz de una enfermedad. Posteriormente amplió su formación en Harvard, donde conocería a los integrantes de la Escuela de pintura de Boston. De formación autodidacta, conoció el expresionismo abstracto americano a través de sus viajes por Estados Unidos, así como el informalismo europeo por Francia, Italia y España. A partir de 1955, comienza a coleccionar obras de los artistas abstractos españoles de los años 50 y 60 (tanto pinturas como esculturas) que eran de amigos suyos, viendo que gran cantidad de esas obras no eran apreciadas por la dictadura y que se vendían en el exterior. Su máxima ambición era poder mostrarlas al público, para lo que contó con la ayuda de Gerardo Vega y el artista conquense Gustavo Torner, principal artífice a la hora de apostar por Cuenca para que alojase el Museo de Arte Abstracto. Eligieron como emplazamiento del museo las casas colgadas de Cuenca (un edificio medieval del siglo XV asentado sobre la hoz del río Huécar y propiedad del Ayuntamiento) para ser depositarias del gran fondo de arte abstracto y así inauguraron en 1966 el Museo de Arte Abstracto Español de Cuenca.
En 1980 se le concedió la Medalla de Oro al mérito en las Bellas Artes y también ese año donó su colección a la Fundación Juan March, la cual se hizo cargo de la gestión del Museo y de los fondos. Desde ese momento la fundación se ha encargado de incrementar los fondos adquiriendo obras, también se han llevado a cabo varias remodelaciones con el objetivo de crear salas para exposiciones temporales y se ha procedido a la restauración del artesonado.
Eduardo Chillida
Antoni Tapies
Fernando Zóbel
El año próximo se celebrarán 50 años de su inauguración, habrá algunas instalaciones ampliadas puesto que se va a anexar una parte del mesón “Casas colgadas”, se ganará espacio para exposiciones temporales y se contará con una sala multiusos para programar representaciones, actividades educativas y citas culturales. A pesar de las obras, el museo continuará estando abierto al público y la inauguración de los nuevos espacios con motivo de la conmemoración se prevé para el verano de 2016.
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