En la primavera de 1577 llega Domenikos Theotokopoulos a Toledo y no tardando mucho, el 2 de junio, recibe de García de Loaysa 13.600 maravedíes a cuenta de “El Expolio”, comenzando así la historia del pintor cretense en Toledo. Se trata, junto con el Entierro del Señor de Orgaz, de la obra cumbre del pintor, el culmen de toda su obra pictórica y a la que hoy dedicamos estas líneas.
Imagen de la obra “El expolio de Cristo” en la Catedral de Toledo, una vez restaurada en el Museo del Prado
Como decíamos, en 1577 el Cabildo de la Catedral de Toledo encarga al pintor cretense un lienzo representando el despojo de las vestiduras de Cristo antes de ser crucificado. El cuadro estaba destinado a colocarse en el vestuario de la sacristía (hoy se exhibe en el altar mayor), lugar en el que el expolio de las vestiduras cobraba un gran simbolismo.
La figura de Cristo resalta en el centro del cuadro envuelta en un manto rojo intenso que simboliza el martirio, la figura impávida de Cristo mirando al cielo expresa la serenidad y resignación con la que espera su destino. Llama la atención el color de la túnica y la forma de colocar la mano sobre el pecho, ambas características de la pintura veneciana que sin duda influía en el estilo del pintor en aquella época.
Entre todos los personajes que rodean la figura central, podemos distinguir a algunos que destacan por los colores de sus vestiduras (todos muy venecianos). A la derecha, un hombre vestido de verde que intenta quitar la túnica a un absorto Jesucristo. Un poco más abajo un señor con un ropón amarillo agujerea la madera en la que Cristo será crucificado. Y a la izquierda, no destaca por el color pero sí por el reflejo que la túnica roja de Jesús hace en la armadura, encontramos un personaje completamente anacrónico, ya que en esta época no existían personajes con armadura, pero es una de la características de la pintura del Greco.
El grupo de figuras del margen inferior izquierdo fue de lo más controvertido, causando incluso la insatisfacción del cabildo pues la representación de las tres Marías no constaba en los evangelios y fue considerado impropio. Finalmente y después de un pleito (uno de tantos) el pintor salió airoso y sus relaciones con la iglesia se mantuvieron intactas.
Es curioso resaltar que a los pies del verdugo se puede observar un papel en el que se lee la firma: Domenikos Theotokopoulos.
Se conocen multitud de réplicas de “El Expolio”, la pintura original se encuentra en la Catedral de Toledo, lugar para el que fue pintada y en el que se encuentra desde el 14 de septiembre del año 1579. La obra salió recientemente de los muros de la catedral para ser restaurada en el Museo del Prado, regresando para tomar parte de la celebración del IV Centenario de la muerte del Greco. Rafael Alonso, restaurador del Museo del Prado, comenta el proceso de restauración de “El Expolio” en este video.