06.03.2013

Retrospectiva de Roy Lichtenstein en la Tate Gallery de Londres: Cuando Mickey Mouse se elevó a Pop Art

Por fin, Roy Lichtenstein (1923-1997) aterrizó en Europa desde la National Gallery de Washington y a través de la Tate Gallery de Londres, donde los visitantes al arte podrán conocer su obra hasta el 27 de julio próximo, cuando la muestra se trasladará al Centro Pompidou de París, uno de los museos más estimulantes de toda Europa. Sin duda, aire fresco para la temporada de museos 2013, año en el que -a pesar de la crisis económica- los aficionados al arte tendrán incluso dificultades para elegir en una oferta ciertamente magnífica.

Un tipo medio americano de Nueva York que de repente decidió un día de 1961 exponer un cuadro llamado “Look, Mickey”, aparentemente nada especial si no fuera por el hecho de ser el primer paso para introducir la cultura popular en los muros de las pinacotecas. “Look, Mickey” significó el inicio de una nueva era en el arte, en la que el cine, la televisión, la publicidad o simplemente los bienes de consumo más comunes podrían llegar a ser leit motif de una obra de arte perfectamente comprendida por las masas, quizás porque éstas sintieran algún tipo de reflejo o representación de sus mundanas vidas.

De cualquier modo, Lichtenstein comenzó a llamar la atención y también crueles críticas de algunos de los grandes maestros del expresionismo abstracto americano, como Jackson Pollock y Willem de Kooning, quienes definitivamente declararon que las obras de Lichtenstein no eran arte y nada tenían que ver con el arte.

Sin duda, “Look, Mickey” fue un punto de inflexión chocante en la historia del arte, no por su valor artístico sino por el flujo de arte que llegaría en los siguientes años debido no sólo a Lichtenstein sino también al gurú icónico del Pop Art, Andy Warhol, que sabía cómo enlazar con otras tendencias contraculturales como el emergente rock de los 60 gracias a su colaboración con bandas de Nueva York como Velvet Underground, para quienes hizo la famosa portada del plátano en su primer disco.

 

Las obsesiones estilísticas de Lichtenstein provenían de la tira de cómic como objeto sobre el que trabajar, como bellas mujeres sonriendo, llorando y besando, todo agitado con puntos para componer las figuras. No más líneas, no más trazos, sólo puntos, un nuevo estilo que ha influido a numerosos artistas de todo el mundo en los últimos 40 años, como la pintora japonesa Yayoi Kusama, que ha desarrollado incluso líneas de moda para Louis Vuitton, siempre inspirada por el poder y la simplicidad de los puntos.

La retrospectiva que nos ocupa llega desde la National Gallery de Washington, en la que miles de visitantes disfrutaron de 130 pinturas, esculturas y dibujos el año pasado, llegando a Europa por primera vez para celebrar el 90 aniversario del pintor norteamericano, todo gracias a la Fundación Roy Lichtenstein, brillantemente presidida por su viuda, la Sra. Dorothy Lichtenstein. Gracias por todo y feliz cumpleaños.

Por cierto, ¿sabíais que se estima que existen unas 4.500 obras de Lichtenstein dispersas por el mundo? ¿No estaréis entre los afortunados y silenciosos propietarios?

 

 

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